domingo, 2 de enero de 2011

Conjunción

Hola, bueno, esta es la primera entrada del año, y pensé que tenía que ser especial, así que, hoy vamos a recordar lo que pasó en Idhún hace unos 20 años:

Jack acababa de tocar el alma, y ésta le estaba mostrando lo que ocurrió en Idhún.
Vio verdes prados y suaves colinas, vio frías estepas y altísimas cordilleras, vio un desierto un poco más allá (se estremeció sin saber por qué), vio un mar infinito, vio ciudades de arquitecturas extrañas y fantásticas 8y algunas le recordaron la casa de Limbhad), vio impetuosos torreones y hermosos y tranquilos lagos...pero, sobre todo, vio los bosques, interminables extensiones de enormes árboles que parecían rozar las nubes.
Y vio las criaturas.
Había animales corrientes, como ovejas y caballos, pastando por las praderas, pero también seres que él no había visto nunca. Extraños pájaros de coloridos plumajes le salían al encuentro y bestias que él había jurado que no existían alzaban la cabeza para mirarle desde las llanuras y los claros de los bosques.
Jack estaba cada vez más confuso. Estaba preguntándose cómo podría despertar de aquel sorprendente sueño cuando los vio.
El primero de ellos pasó junto a él y lo miró extrañado, pero con un destello de sabiduría en sus ojos dorados. Jack, aterrado, quiso retroceder, y la criatura emitió un gruñido que sonó como una especia de risa.
Tras él aparecieron tres más. Parecía que bajaban desde detrás de las nubes, por eso no los había visto hasta entonces. Sus escamas relucían al sol como piedras preciosas bruñidas y destellantes. Sus poderosas alas batían el aire provocando remolinos a su alrededor. De entre sus fauces se escapaba, ocasionalmente, alguna volita de humo.
Dragones.
Enormes, magníficos, aterradores y hermosos. Bestias míticas que solo existían en las leyendas y en la imaginación de la gente.
Jack se sintió inmediatamente fascinado por ellos. Quiso seguirlos, pero ya estaban muy lejos. Se quedó quieto, mirando cómo se alejaban hacia la luz de la mañana.
De pronto le pareció oír un rugido y entendió, de alguna manera, que se trataba de una advertencia. Vio que los dragones se habían detenido un poco más allá. Intuyó que algo no estaba saliendo bien.
Las cuatro extraordinarias criaturas, suspendidas en el aire, contemplaban un espectáculo terrorífico: las tres lunas habían emergido por el horizonte y se movían con una rapidez anormal, alzándose hacia lo alto del firmamento, al encuentro de los tres soles. Jack contempló, fascinado y aterrorizado la vez, cómo los seis astros se entrelazaban en una conjunción asombrosa que, intuyó el muchacho, no se daba muy amenudo. Aguardó, conteniendo el aliento, a que formasen la figura que sabían que iban a formar en el cielo: un hexágono perfecto.
Y, de pronto, algo terrible sucedió.
La primera señal fue una especie de sonido atronador que sacudió cielo, tierra y mar. La segunda señal fue el tono rojo sangre que comenzó a adquirir el firmamento.
La tercera señal fue el terror de los dragones. Jack los vio dar media vuelta en el aire y huir , desesperados; huir, no importaba dónde, a cualquier parte, a cualquier parte...
El primer dragón cayó a tierra como un proyectil, envuelto súbitamente en llama. El segundo y el tercero no tardaron en correr la suerte de su compañero. El cuarto dragón se volvió para ver lo que había sucedido y lanzó un grito de dolor, impotencia y muerte.
Batió las alas, tratando de escapar...
...a un lugar, comprendió Jack, un lugar donde el poder destructor de los seis astros no lograse alcanzarlo.
No lo consiguió. También estalló en llamas, igual que los demás.
Jack ahogó un grito y bajó tras él, para socorrerlo...
Tuvo que frenar se descenso brusamente para no ser engullido por el fuego del cuerpo de la criatura. Un viento huracanado lo llevó lejos, lejos, dando vueltas sobre sí mismo...Cuando quiso darse cuenta, caía en picado sobre el bosque. Le bastó desear detenerse para lograrlo.
Entonces algo rápido y silbeante pasó como una flecha junto a él, y Jack se estremeció sin poder evitarlo. Entrevió un cuerpo escamoso entre las nubes y pensó que se trataba de otro dragón; pero cuando la criatura se alzó frente a él se dio cuenta de lo equivocado que estaba.
Era una gigantesca serpiente. Su larguísimo cuerpo ondulante daba la impresión de estar rodeándolo por todas partes; se sostenía en el aire mediante dos enormes alas membranosas, como de murciélago, que parecían cubrir el firmamento. Unos ojos irisados lo miraban desde una cabeza triangular en la que, sin embargo, lo que ,más destacaba eran unos colmillos letales y una lengua bífida que producía un horrible siseo...
La misma serpiente de sus sueños.
Jack retrocedió con un grito e intentó mirar hacia cualquier otra parte. Fue entonces cuando descubrió que todo el cielo estaba cubierto por las figuras de miles de serpientes aladas, todo un ejército, que se abatían sobre aquel hermoso mundo, ahora envuelto en una luz rojiza que no presagiaba nada bueno.
Jack se dio la vuelta y tropezó de nuevo con la serpiente, y esta vez no pudo dejar de fijarse en sus ojos...
Gritó.

2 comentarios:

  1. Ola idhunita !Me encanta tu blog!!! Soy súper fan de memorias de idhun, me encanta! Ya que escribes tan bien, has pensado en escribir una continuacion de panteón? Muchísima gente seguiría el blog.
    A quien prefieres, a Jack o a Christian?
    Besos!

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que si que he pensado en hacerlo, pero quizás más adelante, me alegro de que te guste el blog, yo prefiero a jack, mas que nada, porque prefiero a los chicos cariñosos y que primero han sido tus amigos, y me encantan los ojos verdes, pero tambien adorooo a christian. Sigue pasandote por el blog.
    besos

    ResponderEliminar

¿Qué opinas sobre la entrada?
Comentalo y así todos los idhuntias nos iremos conociendo mejor.
Gracias por pasearte por mi mundo.
Besos